“Es evidente – decían algunos filósofos griegos – que si podemos cortar un pedazo de madera con un cuchillo es porque la madera debe estar formada por partículas últimas y entre ellas quedan espacios por donde pasa la hoja”.
Esa era la opinión de Demócrito, entre otros. Para él era evidente que la materia estaba hecha de átomos, una palabra que significa “indivisible”. El argumento de los atomistas era un poco elemental pero se basaba en un razonamiento correcto.
Poco a poco la idea de los átomos fue ganando terreno: los alquimistas la emplearon con frecuencia y la mayoría de los científicos contemporáneos a Isaac Newton y él mismo, se imaginaron un universo formado por partículas.
Sin embargo, no había pruebas categóricas que demostraran la existencia de los átomos: estas unidades últimas de la materia no eran más que un concepto que flotaba en la mente de los científicos y no había mucho que decir sobre ellas. Hasta entonces la postura era simple: se creía en su existencia o no se creía.
A finales del siglo XVIII, las cosas comenzaron a aclarase un poco mas cuando el químico inglés Joseph Louis Proust enunció la ley que explica la forma en que las sustancias se combinan, manteniendo siempre las mismas proporciones. Proust llamó a esta regla, Ley de las Proporciones Fijas.
Esta regla, a su vez, le sirvió a John Dalton para exponer la Teoría Atómica en su “Nuevo Sistema de Química”.
Según Dalton, todos los elementos estaban compuestos por partículas pequeñísimas e indivisibles (para las cuales conservó el nombre de átomos en homenaje a Demócrito), y todas las sustancias conocidas se formaban a partir de distintas combinaciones de esos átomos. Por ejemplo un átomo de carbono podía combinarse con dos de oxígeno, o con cuatro de hidrógeno, y así formar sustancias diferentes.
Los átomos, al combinarse, formaban moléculas de diferentes sustancias, pero también formaban sustancias simples, sustancias elementales que no podían ser descompuestas en otras, con cuyas mezclas y combinaciones se hacían todos los materiales del mundo.
Pero ¿cómo se realizaban esas combinaciones?, ¿en qué proporción
exactamente? y si ¿se podía tener una molécula formada por átomos iguales? era todavía un misterio.
· A raíz de lo leído y lo que debatimos en clase, escribe una breve definición propia del concepto de átomo y molécula.
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